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Despedida del Vicente Calderón: Mi rincón favorito de Madrid

Pocas ciudades  tienen la belleza de Madrid, ninguna ciudad te acoge como Madrid. Sus habitantes, que acogen a personas venidas de infinidad de lugares trasladadas del aeropuerto del Madrid, te muestran su hospitalidad desde el primer día.

¿Cuál es tu rincón favorito de Madrid?

Podría ser el barrio de los Austrias, tal vez La Catedral de La Almudena, La puerta del Sol, El Escorial...

Mi lugar favorito está lejos de todo eso, es un puñado de cemento en la frontera de la M-30 donde el bullicio de vehículos le quita toda belleza al lugar.

Mi lugar favorito tan sólo hace 51 años que habita en Madrid y el próximo día 21 nos dejará para siempre.

Esta semana es la más larga de nuestra vida, soy un muerto que deambula por un camino de tristeza. El domingo será el último día que estaré en el Vicente Calderón. 

Cómo explicar lo que sentimos, cómo explicar los momentos vividos, cómo explicar el próximo domingo…

Beberemos sin sed, cantaremos sin voz, sonreiremos sin alegría, le diremos adiós al Vicente Calderón.

Me imagino empezando en el barrio de la Latina, donde miles de seguidores aprovechan para degustar las maravillosas tapas que sus míticos bares nos ofrecen. Estará lleno de familias, abuelos, padres, nietos… porque este sentimiento se pasa de padres a hijos, se transmite con la mirada, con una sonrisa nos basta.

Se me viene a la memoria la primera vez que llevé a mi hijo a mi rincón favorito de Madrid. Recorrimos 700 km hasta llegar. Pasamos el día en el rastro madrileño degustando las míticas tortas, luego fuimos al parque del Retiro donde dimos un maravilloso paseo en barca y, pese al cansancio, nos fuimos al fondo sur del Vicente Calderón.

Recuerdo su cara, recuerdo sus ojos, nunca lo vi tan feliz, nunca pensé que algo así me pasaría, besé el escudo y le di las gracias a ese montón de cemento, le doy gracias por estas lágrimas…

Saldremos de la Latina y llegaremos a Puerta de Toledo donde el color rojiblanco conquista la capital. Deseo que sea maravilloso, recrear tantos momentos, pero no puedo evitar esta tristeza al pensar que serán las últimas bengalas q iluminarán la calle San Epifanio, la última cerveza en los aledaños, lo sabemos desde hace un año, creíamos estar preparados, pero no lo estamos y  regreso a este maldito silencio. ¿Qué le diré el próximo año a mi hijo cuando lo lleve al Metropolitano?

El Atlético de Madrid significa muchas cosas y nadie entiende nuestra locura si no siente nuestra pasión, damos adiós al Estadio Vicente Calderón. Le digo adiós a mi rincón favorito de Madrid.

Continuará…