Una leyenda para despedir el Templo
Una vez acabado el futbol, nuestro rincón favorito de Madrid no podía cerrar sus puertas así sin más, olvidándose de una de las funciones más importantes que ha tenido en sus 51 años de vida, acoger conciertos.
Todos los grandes del rock pasaron alguna vez por el estadio Vicente calderón, posiblemente no sea el mejor escenario pero ese montón de cemento desprende rock n´roll. El Vicente Calderón sabe a rock, a cerveza en los peldaños, a revolución, al emblema de la parte sur de Madrid donde las clases populares tienen su hogar. El Vicente Calderón, al igual que el rock n´roll, sabe a fracaso y de eso los atléticos sabemos algo. Sabe a victoria porque así cada sonrisa es una batalla ganada.
Subieron al escenario del Templo las leyendas como Axl Rose, Slash y el resto de la banda ante 50.000 almas hicieron temblar el Templo como si de goles de Francisco Narvaez “Kiko” se tratara, Guns N´Roses no defraudó.
Tocaron sus grandes temas, se dejaron el alma para deleitar a sus fans y por el espacio de tres horas el Templo fue la única luz que brilló en Madrid.
Unic transfers estuvo activamente presente en el retorno de la leyenda al estadio Vicente calderón haciendo para nuestros clientes un acontecimiento perfecto en sus vidas, en sus recuerdos.
Todos los grandes del rock pasaron alguna vez por el estadio Vicente calderón, posiblemente no sea el mejor escenario pero ese montón de cemento desprende rock n´roll. El Vicente Calderón sabe a rock, a cerveza en los peldaños, a revolución, al emblema de la parte sur de Madrid donde las clases populares tienen su hogar. El Vicente Calderón, al igual que el rock n´roll, sabe a fracaso y de eso los atléticos sabemos algo. Sabe a victoria porque así cada sonrisa es una batalla ganada.
Subieron al escenario del Templo las leyendas como Axl Rose, Slash y el resto de la banda ante 50.000 almas hicieron temblar el Templo como si de goles de Francisco Narvaez “Kiko” se tratara, Guns N´Roses no defraudó.
Tocaron sus grandes temas, se dejaron el alma para deleitar a sus fans y por el espacio de tres horas el Templo fue la única luz que brilló en Madrid.
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